El impacto poblacional de las intervenciones en los centros educativos contra el acoso escolar en Primaria y Secundaria es positivo y muy relevante. Esta es la principal conclusión de un metaanálisis pionero de ensayos clínicos aleatorizados realizado por investigadores del CIBERSAM del grupo de Celso Arango en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
En este análisis, publicado en Jama Pediatrics, que también cuenta con la participación del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, el Hospital del Mar de Barcelona y la Universidad Complutense, se ha evaluado por primera vez la eficacia de intervenciones escolares contra el acoso, su impacto poblacional y la asociación entre las diferentes variables y los resultados. Los investigadores han concluido que estos programas son eficaces para reducir el bullying y para mejorar los problemas de salud mental de los escolares, y su eficacia no disminuye con el tiempo durante el periodo de seguimiento medio, que fue de más de 30 semanas.
“El acoso escolar es un importante factor de riesgo para los problemas de salud mental en la infancia, adolescencia y en adultos jóvenes, pero si bien estudios previos habían apoyado la eficacia de los programas anti-bullying. Sin embargo, su impacto poblacional y la asociación de moderadores específicos con los resultados de su eficacia aún no estaban claro”, indica el jefe de grupo del CIBERSAM y último firmante del estudio, Celso Arango.
Los investigadores han realizado este metaanálisis de ensayos clínicos aleatorizados (ECA) publicados desde el inicio de la base de datos hasta febrero de 2020; a partir de 77 muestras procedentes de 69 ensayos clínicos aleatorios (111.659 participantes: 56.511 en el grupo de intervención/55.148 en el grupo de control) entre estudiantes, con una edad media de 11,1 años (4-17 años) y de 10,8 (4-17 años) en el grupo de control.
El CIBERSAM ha usado modelos de efectos aleatorios y metarregresión para obtener los valores de tamaño del efecto (TE, con valores de Cohen) con intervalo de confianza (IC) del 95%. Según explica David Fraguas, primer firmante e investigador del CIBERSAM, “también utilizamos el concepto impacto poblacional, definido como el número de personas en las que hay que intervenir para evitar un caso de variable estudiada, en este caso, acoso escolar y problemas de salud mental, como medida de estimación del impacto poblacional de las intervenciones universales dirigidas a todos los estudiantes, independientemente del riesgo individual”.
Gran eficacia en todos los datos
Las intervenciones contra el acoso fueron eficaces para reducir el acoso escolar (TE, -0,150; IC 95%, -0,191 a -0,109) y para mejorar los problemas de salud mental (TE, -0,205; IC 95%, -0,277 a -0,133), con un impacto poblacional de las intervenciones universales de 147 (IC 95%, 113-213) y 107 (IC del 95%, 73-173), respectivamente.
La duración de las intervenciones no se asoció de manera estadísticamente significativa con la eficacia de la intervención (duración media de las intervenciones, 29.4 semanas). La eficacia de los programas anti-bullying no disminuyó con el tiempo durante el seguimiento (seguimiento medio de 30.9 semanas).